Principios Diarios
ー Escrito por Masami Saionji
１．
Hagamos nuestros corazones más refrescantes.
Hagamos nuestros corazones más directos.
El corazón más simple es el mejor.
Hazlo claro y obvio para cualquiera que lo vea.
Cuando el corazón se vuelve desordenado y complicado, solo te encontrarás incierto sobre qué hacer.
No vaciles una y otra vez, en su lugar, deposita todos tus sentimientos, tus dudas y tus pensamientos en Dios.
Entonces, a través de las maravillosas vibraciones (intuiciones) de Dios, se te darán respuestas que no esperabas.
2.
Hay momentos en los que todos podrían sentir ganas de llorar.
Momentos en los que podrías sentir ganas de enfadarte.
Momentos en los que podrías querer expresar una queja.
Eso es perfectamente normal.
Cuando tales emociones comiencen a ocupar un gran espacio en tu corazón, recuérdate a ti mismo:
"Has hecho bien en llegar hasta aquí.
Realmente has logrado llegar a este punto.
Debe haber sido duro.
Es comprensible.
Ahora, si quieres llorar, llora. Si quieres enfadarte, enfádate."
Después de eso, si te involucras completamente en la "Oración por la paz del mundo", todo lo hasta ahora desaparecerá.
Es la naturaleza humana que a veces, todos quieren tirar todo por la borda y comportarse como un niño mimado.
3.
¿Por qué deben las personas buscar cosas que son infructuosas y sin valor, trabajando constantemente sin fin?
Después de quitar el velo de los pensamientos, uno se da cuenta de cómo el camino que parecía más complejo y difícil era, de hecho, simple y fácil.
El estatus, el poder, el honor, el dinero - estos son los que complican y hacen la vida desafiante para todos.
No hay nada más vano en la vida que la avaricia y la búsqueda de la gloria.
4.
¿Por qué preocuparse por enfermedades que aún no has contraído?
No es más que una tontería.
Es una pérdida de tiempo.
Es una pérdida de energía.
Estás utilizando nervios innecesarios, haciéndote daño a ti mismo.
Quizás estés demasiado ocioso, o abrumado con demasiada información a tu alrededor, luchando por decidir qué elegir o no.
Preocuparse por las enfermedades que actualmente tienes es una cosa, pero temer a las inexistentes es un sinsentido.
No es demasiado tarde para cambiar.
Detén las preocupaciones innecesarias de inmediato.
No uses toda tu energía solo para ti; en cambio, dirige tu atención hacia direcciones más humanitarias.
Entonces, te encontrarás libre de preocuparte por asuntos triviales.
