DIOS Y EL SER HUMANO ~Orientaciones para el Despertar y la Paz Espiritual / Escrito por Masahisa Goi
DIOS Y EL SER HUMANO Capítulo 7①: Mi Forma de Rezar
A pesar de que estoy muy ocupado atendiendo gente que me viene a consultar sobre una variedad de problemas, es difícil que el cansancio permanezca en mi cuerpo.
Cuando estoy sentado en frente a una persona con un profundo karma, siento ese karma respondiendo a mi cuerpo físico como si yo estuviera recibiendo ondas de radio.
Sin embargo, estos sentimientos se desvanecen instantáneamente y nunca me siento cansado.
Mi cerebro físico está siempre vacío de pensamientos.
No pienso las cosas con mi cerebro físico.
A medida que surge la necesidad, la sabiduría para responder a esa necesidad es trasmitida directamente desde mi cuerpo divino a mi cuerpo físico.
Como no soy un médium, los espíritus no mueven mi cuerpo ni hablan a través de él.
Parezco una persona común.
No hay ninguna diferencia entre mí y otro ser humano físico.
Vivo y actuó dentro de los parámetros socialmente aceptados.
Pero, mi forma de vida es fundamentalmente distinta de cualquier otra persona.
Esto es porque sé por experiencia propia que mi cuerpo esencial verdadero está compuesto de luz, y reconozco que todo lo que digo y hago proviene directamente de Dios (mi ser original).
Generalmente, alguna clase de pensamientos circula a toda velocidad y todo el tiempo en el cerebro.
Pero en mi cerebro físico no hay pensamientos de ninguna clase.
Esto se debe a que, hace un tiempo, realicé un entrenamiento dado por mis Protectores Divinos el cual extinguió completamente mis pensamientos.
Este entrenamiento no se parece a la meditación Zen u otra forma de concentración mental.
Fue una práctica continua durante las veinticuatro horas del día, sin interrupciones.
(Se pueden encontrar los detalles de este proceso de trasformación en el libro “Aquel que Une el Cielo y la Tierra”.) (23)
Nada es más difícil que esto.
Tuve que enfocarme en no tener pensamientos de ninguna clase, en detener todos los pensamientos.
En otras palabras, me entrené en el KUU (palabra japonesa que significa Vacío).
Durante todo el día, mientras caminaba, o mientras dormía, todas mis horas estuvieron dedicadas a esta práctica que duró alrededor de tres meses, y durante la cual mi YO fue totalmente borrado, y me convertí en mi Ser Divino.
En los casos de mediumidad, el médium deposita su confianza en el espíritu que lo controla, y este hace uso de su cuerpo físico.
Pero en mi caso, el objetivo de mi entrenamiento era la desaparición de mi YO por mi propia voluntad, permitiéndome obtener la perfecta libertad de mente, al poder ir más allá del fluir de las causas y efectos kármicos.
El karma cicla incesantemente de causa a efecto, de causa a efecto.
Para elevarse por encima de este movimiento cíclico, hay que dejar ir el karma sin retenerlo.
Cualquiera sea el karma que pueda surgir como efecto, su causa se extingue en la nada una vez que ha aparecido.
Por eso, cuando envías pensamientos positivos, reconociendo que las causas inarmónicas están desvaneciéndose y que como consecuencia de esto todo va a mejorar, estás registrando en tu destino en ese momento una nueva causa positiva.
Si continuamente sostienes esta forma de pensar, tu subconsciente se llenará gradualmente de estas causas positivas, y tu futuro se volverá maravilloso.
Les pido a las personas que vienen a verme que practiquen este método, y al mismo tiempo, sin dejar entrar en mi mente ningún pensamiento, absorbo sus causas kármicas dentro de mi ser divino.
Este estado de silencio es lo que he llamado KU, la verdadera realidad, que logré realizar en mí a través de la práctica rigurosa de detener los pensamientos.
La persona se sienta delante de mí.
Dentro de mi luz, puedo ver la luz del espíritu individual del otro.
También puedo ver las ondas de los pensamientos que ese espíritu individual ha estado emitiendo continuamente desde el pasado, y que fluye por su cuerpo subconsciente en varias frecuencias de ondas.
En otras palabras puedo ver las vibraciones de su karma.
Siento como estas ondas se van absorbiendo en mí, y cómo van siendo gradualmente purificadas en mí cuerpo de luz.
Es como si usara un papel secante para absorber la tinta.
Sin embargo el papel secante una vez que ha absorbido la tinta, no la pude eliminar.
Yo, por el contrario, puedo disipar los desequilibrios del karma de la persona tan pronto como los he purificado.
Ellos son eliminados por la luz que viene de mi fuente Original.
Todos aquellos que se han sentado frente a mí, confirman que se han ido sintiéndose más livianos y frescos.
Esto es porque su karma ha sido purificado y esta purificación los ayuda a alcanzar su despertar mucho más rápido que cualquier sermón.
Continúa en el Capítulo 7 Parte ②
Dios y el Ser Humano (Spanish Edition)
Deus e o Homem (Portuguese Edition)