DIOS Y EL SER HUMANO ~Orientaciones para el Despertar y la Paz Espiritual / Escrito por Masahisa Goi
Capítulo 4②: Los Protectores Divinos y los Protectores Espirituales
Ahora quiero discutir el tema de la vida y la muerte del cuerpo físico.
¿Qué sucede cuando una persona muere?
¿Dónde me encontraba antes de nacer?
Tal vez de acuerdo a lo explicado anteriormente se pueda vislumbrar una respuesta a estas preguntas.
Sin embargo voy a dar una explicación más detallada para que sea más fácil para ustedes, elevarse por encima del karma y manifestar su verdadera identidad.
Permítanme describirles cómo es esto.
En nuestra sociedad, la mayoría de las personas cree que cuando uno muere es el fin de todo.
Piensan que con la desintegración del cuerpo físico, termina la vida.
No hay nada que oculte más la naturaleza divina del ser humano que este modo de pensar.
Cuando el cuerpo físico se muere, sin duda que no conserva su forma humana original, y se vuelve cenizas.
La forma del cuerpo físico desaparece.
Desde el punto de vista de los seres humanos físicos, la forma de la persona se desvanece para siempre.
¿Pero acaso esta persona no volverá nunca a aparecer en el mundo físico?
Cuando el cuerpo físico sale de la existencia, significa que las células del cuerpo se separan unas de otras.
El cuerpo físico está compuesto por billones de células que se mantienen unidas a través de la mediación de muchos elementos.
En otras palabras: las ondas de luz (los pensamientos), irradiados por el Espíritu Individual, construyeron el cuerpo físico combinando elementos naturales del Universo.
De la misma forma, cuando las ondas de luz (los pensamientos) del Espíritu Individual cesan de ejercer su presencia en estos elementos materiales, la estructura llamada cuerpo físico se desintegra naturalmente.
Para explicarlo en otros términos: la muerte es una condición en la cual el Espíritu Individual se quita su abrigo (su tapado), el cual es el cuerpo físico, y ese abrigo ahora sin dueño, se reduce a cenizas.
Nadie se atrevería a afirmar que si el abrigo está deteriorado, la persona que lo viste está igualmente acabada.
Lo que ha sucedido es que el Espíritu Individual, se ha movido a otro mundo vistiendo su camisa, que es el cuerpo subconsciente del espíritu.
En otras palabras la persona real no ha perecido, solo ha dejado el mundo físico.
Llamo este fenómeno “Haku”.
Este término “haku” o “paku” se refiere a elementos que tienen una composición material.
El Espíritu Individual que ha dejado el cuerpo físico permanecerá en el mundo subconsciente durante un tiempo.
La vida de una persona en el mundo subconsciente es casi igual a la vida en el mundo físico, aunque la vibración del mundo subconsciente es más fina que la del mundo físico.
Es por esto que en el mundo subconsciente lo que se piensa aparece inmediatamente.
Esta es la diferencia con el mundo físico, en el cual lo que piensas no aparece inmediatamente.
Esto puede parecer muy agradable, pero en realidad no lo es.
Si tu mente no está en condiciones o purificada, atravesarás muchas dificultades.
Lo que sucede es que en el mundo físico, si odias a alguien, esto no se sabe a menos que lo demuestres con tu cara, o si estás engañado a alguien, esto no puede ser fácilmente detectado, o quizás no sea nunca detectado durante toda tu vida.
En el mundo subconsciente, sin embargo, a medida que experimentas tus emociones de dicha, enojo y tristeza, los resultados ocurren instantáneamente.
Aquellos que odian serán odiados a su vez, instantáneamente. Aquellos que engañan, serán engañados instantáneamente.
Todos esos pensamientos de odio, tristeza, temor y deshonestidad se vuelven inmediatamente las semillas y los frutos de una gran agonía.
A través de estas experiencias, uno trata de purificar los pensamientos y los hábitos desarmonizados que se han traído desde el mundo físico, y que se han grabado en el cuerpo subconsciente.
Gracias a estas experiencias, volvemos a nacer en el mundo físico con una personalidad mejorada, y una vida más propicias que la anterior.
Esta vez la vida en el mundo físico será mejor.
De esta forma, luego de muchos renacimientos, se corrigen los pensamientos y los hábitos y con el tiempo este espíritu se vuelve Uno con el Espíritu Directo.
Los espíritus individuales en el mundo subconsciente se llaman “reikon”, (霊魂).
(“Rei” [霊] se refiera a los elementos espirituales, mientras que “kon” [魂] se refiere a los elementos etéreos), mientras que en el mundo físico, los espíritus individuales se llaman “konpaku” (魂魄). (9)
En otras palabras, el espíritu es divino, mientras que “konpaku” (los elementos físicos) es kármico, una manifestación temporaria que aparece mientras tiene una función que realizar.
Se comprende entonces que aunque el espíritu es vida divina en sí misma, o vive originalmente en el mundo espiritual, una vez que ha descendido al mundo kármico podemos decir que es “konpaku”.
Dado que los seres humanos, en su naturaleza esencial, son espíritu (Dios), ellos son intrínsecamente perfectos, íntegros y eternos.
Sin embargo la actividad kármica, producida por las ondas de pensamientos del espíritu individual, pusieron las causas kármicas en movimiento.
A través de estas causas y efectos, el karma cicla hacia y desde el mundo subconsciente y el mundo físico.
En otras palabras, a través de varias secuencias de causa y efecto, nace el karma, luego muere y vuelve a nacer y muere una vez más, y así sucesivamente.
En términos budistas, los seres humanos son esencialmente “Buda”.
Esto quiere decir que no importa en qué laberinto de causas y efectos kármicos se encuentre una persona, su esencia, su ser interior es enteramente la vida del Ser Divino.
Mi forma de decirlo es que el ser humano es la luz del espíritu individual, y es la Luz del espíritu emanando directamente de Dios (10).
Y es la luz (vida) del Dios Universal mismo.
Continúa en el Capítulo 4 Parte ③
Dios y el Ser Humano (Spanish Edition)
Deus e o Homem (Portuguese Edition)