DIOS Y EL SER HUMANO ~Orientaciones para el Despertar y la Paz Espiritual / Escrito por Masahisa Goi

Capítulo 3①: El Mundo Real, el Mundo Espiritual, el Mundo Subconsciente y el Mundo Físico

En el capítulo anterior, he explicado la naturaleza de los seres humanos en general y en términos un tanto abstractos. En este capítulo, me gustaría describir con más detalle qué es un ser humano. 

Algunos teólogos defienden la teoría de que el ser humano es un ser kármico, o la teoría de “Causa y Efecto”, diciendo que los seres humanos nunca pueden escapar del mundo de “Causa y Efecto”. 

 Sin embargo, me gustaría afirmar claramente que los seres humanos originalmente no han sido creados como seres kármicos. 

 Si tuvieran un origen kármico tendrían que reencarnar una y otra vez, y experimentar una y otra vez, vidas de privaciones, con algo de placer. 

 Digo más: vidas de muchas penurias con poquísima alegría sin elevarse nunca por encima de este estado. 

 Si esto fuera cierto, nacer como un ser humano en este mundo sería una desgracia lamentable, y la existencia de Dios perdería todo valor. 

 Sin duda, este mundo de la forma parece estar movido por la ley de Causa y Efecto.

 Sin embargo cuando pensamos en el profundo e irresistible anhelo de Dios que fluye en las profundidades del alma humana, es inevitable ver la luz brillante que está dentro de la verdadera naturaleza de los seres humanos. 

La investigación profunda de la naturaleza espiritual del ser humano me ha permitido comprender su identidad divina, saber que el ser humano es Hijo de Dios y es Dios mismo. 

 Quisiera describirles el origen del hombre tal como me ha sido dado a conocer a través de mi experiencia de ser UNO con lo divino. 

Un ser humano es originalmente luz emanada de Dios. 

Esta luz es Mente. 

 Dios es todo de todo: 

infinita sabiduría, infinito amor e infinita vida.

 Sin embargo si Dios se moviera solo como Dios, nada aparecería en el mundo de las formas. 

 Si el infinito se moviera simplemente como Infinito, en tanto que Infinito sería siempre Infinito, y si lo limitado nunca apareciera, el uno, por muy activo que sea siempre permanecería uno. 

 A menos que el infinito se trasforme en unidades finitas, y que la misma unidad se divida primero en dos y luego en cuatro, el mundo de la forma no podría haberse creado. 

 En un determinado momento, Dios, que es la luz misma, de repente irradió una gran variedad de rayos individualmente distintos que, momentos antes, habían estado unificados.

 A partir de ese instante en adelante, las actividades creativas comenzaron. 

Primero Dios se dividió a sí mismo en Cielo y Tierra.

 Otros rayos llamados Divinidad del Mar, Divinidad de la Montaña, y Divinidad de los árboles, crearon el mundo de la naturaleza y pusieron en marcha sus actividades creadoras de vida. 

 Otros rayos crearon el mundo animal. 

 Los rayos restantes, llamados Espíritus Directos (4), crearon el mundo humano (ver imagen 1).

 En este punto, Dios es UNO, y al mismo tiempo muchos. 

 Así que, este Espíritu Directo, que es un rayo de Luz Divina, es el ser humano original.

 En este estado la primera causa kármica (causa-efecto) aún no ha aparecido. 

 Estos Espíritus Directos entraron en movimiento y emanaron vibraciones de rayos individuales creando el mundo espiritual y dando forma al Espíritu Individual. (5) 

 Cada Espíritu Individual ejerció su poder de creación a través de los rayos (Mente) que les fueron dados por los Espíritus Directos, y crearon los mundos subconscientes y físicos. 

 Durante un tiempo los Espíritus Individuales vivieron en el mundo subconsciente, vestidos únicamente con la prenda llamada Cuerpo Subconsciente.

 En un momento dado, comenzaron a participar en la actividad creativa del mundo físico, vestidos con un traje llamado Cuerpo Físico, cubriendo al cuerpo subconsciente. 

 Haciendo una analogía, entonces, podemos decir que si el cuerpo espiritual es el interior, o el “cuerpo”, el cuerpo subconsciente (o etéreo) es la primera capa de ropa, o la camisa, y el cuerpo físico es el saco o abrigo. 

 Estos tres cuerpos están compuestos de vibraciones de luz. 

 Las vibraciones de luz del cuerpo físico son toscas, su fluir es lento y sus ondas son pesadas. 

 El Espíritu Individual es de una fina y exquisita luz con una vibración que originalmente le permitía moverse con libertad.

 Sin embargo en ese andar desde y hacia el mundo físico, sin saberlo se asimiló al lento movimiento del cuerpo físico y gradualmente perdió su sutileza y levedad. 

 Cada Espíritu Individual, inicialmente creador del mundo físico y encargado de la actividad de dar forma a la creación, llega a encerrase totalmente, como el gusano de seda en su capullo, y sus vibraciones luminosas terminan por oscurecerse. 

 Es el mismo principio que rige el correr de un río cuyas aguas son cristalinas mientras fluye veloz pero que se enturbia si fluye con lentitud. 

 Sucedió entonces que los Espíritus Individuales prontamente olvidaron orientar sus pensamientos hacia sus progenitores, los Espíritus Directos, y se limitaron a dirigirse hacia las vibraciones luminosas (pensamientos) acumuladas hasta entonces en los cuerpos astrales y físicos, optando por la vía fácil de la creación. 

 A partir de ese momento es cuando el ser humano comienza a auto-limitarse centrando su atención principalmente en la vida del mundo físico. 

 Los pensamientos (vibraciones luminosas) producidos por los Espíritus individuales al comienzo de la creación constituirían la Causa-Efecto Divina (la Verdad y el Bien). 

 Sin embargo los pensamientos concebidos más tarde, a partir del momento en que los Espíritus Individuales comenzaron a auto-restringirse al mundo físico, formaron las primeras causas kármicas.

 Es decir, se convierten en el origen del karma y el comienzo de la tragedia humana. 

 Para liberarse de esta limitación, cada Espíritu Individual, restringido en el cuerpo físico, intenta obtener la libertad robándola de otros.

 En lugar de buscarla en los Espíritus Directos, quienes están relacionados con ellos en una relación padre-hijo, comenzaron a tomar de otros Espíritus Individuales, con quienes están relacionados de forma horizontal como hermanos-hermanas.

 Es decir comenzaron a tomar energía del plano horizontal, y no del vertical.

 Así comienza una larga historia de luchas, utilizando los pensamientos (el conocimiento) que habían acumulado en su conciencia física y subconsciente, junto con la fuerza física, para pelear el uno contra el otro. 

 Sin embargo en algunas ocasiones, desde el cuerpo físico en el que se han confinado, pueden ver por los intersticios, el rostro de Dios, y ven la luz de Dios.

 Orientan sus oraciones a los Espíritus Directos y les piden ayuda, reconociendo su antigua luz entre los pensamientos acumulados.

 Este es el comienzo del pensamiento religioso.

 Las relaciones antes mencionadas están explicadas en la ilustración (ver imagen 2).

Continúa en el Capítulo 3 Parte ②

書籍 「神と人間」 五井 昌久 著

God and Man (English Edition)

Dios y el Ser Humano (Spanish Edition) 

Deus e o Homem (Portuguese Edition)

Gott und Mensch (German Edition) 

kaa Mí Gàp Má-Nóot(タイ語)

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